Era abril y por aquí corría “fresquito”. Me refiero a la aldea donde vivía, un pueblecito muy pequeño incrustrado entre preciosas montañas, familiar, acogedor e increiblemente bonito.
En el pueblo no eramos muchos, puedo decir que nos contábamos con los dedos de la mano y de los pies a la vez, porque exactamente eramos 20.
Adela y Carmen eran mis confidentes, mis mejores amigas, ibamos juntas al colegio al pueblo de al lado, jugabamos juntas, nos contabamos nuestros secretos, nuestros sentimientos, nuestras alegrías, nuestras penas, nuestros amores etc...
Adela era “guay”, alocada, divertida, alegre, primero actuaba y después pensaba, pero siempre estaba ahí cuando la necesitabas. Me encantaban sus ojos, de un tono marrón claro increíble, hacían juego con su cabello castaño y su voz angelical, era un tarrito de miel con vida.
En cambio Carmen era más reservada, algo tímida, y bastante callada, necesitabamos sacacorchos para que nos contará sus cosas, hablaba de chicos pero a ella nunca le gustaba ninguno.
Siempre estabamos juntas, eramos inseparables, cuando llegabamos del colegio, haciamos los deberes juntas y nos pasabamos el resto del día por las calles del pueblo.
No solo estabamos nosotras, también estaba él, Ionut.
No ibamos al mismo colegio, pero vivía en nuestra aldea, jugaba con nosotras, se reía con nosotras, escuchaba nuestras historias...Siempre me había gustado, pero nunca le había dicho nada.
Ionut era búlgaro, tenía dos años más que nosotras, no sé exactamente cuando vino a vivir aquí pero lo conociamos desde que teníamos uso de razón. Era asquerosamente guapo, moreno, con unos ojos verdes que al mirarlos te temblaban las piernas, amable,simpático,encantador, en conclusión era el chico perfecto.
¡Ah, se me olvidaba! Yo soy Inés, tengo 13 años, voy a 2º de la ESO y mañana es mi cumpleaños.
Como todos los años, estoy emocionadísima porque pasaré mi gran día con Adela, Carmen y por supuesto con Ionut, además cae en sábado.
Que caiga en ese día quiere decir que pasaremos todo el día juntos, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. .Mis padres nos invatarán a todo, a comer, a merendar e incluso a cenar, va a ser maravilloso.
Esa noche, me fuí a dormir a las diez, tenía muchas ganas de cerrar los ojos y que al abrirlos sonará el timbre de la puerta de mi casa y ver a Carmen y Adela esperandome.
Al día siguiente, cuando el primer rayo de luz entró por el hueco de mi persiana, mi madre entró en mi habitación con una enorme bandeja repleta de desayuno, tenía de todo, leche, bizcoho, magdalenas,zumo,tostadas de mermelada...Me felicitó y me besuqueó, era asombroso, parecía que era ella quien cumplía años.
Desayuné y sonó la puerta. Si, eran ellas, mis amigas, mi sonrisa desencajaba mi mandíbula, nos fundímos en una marea de besos y abrazos a los que puse fin:
- Inés: Vamos a llamar a Ionut.
- Adela: Uhhhh, ¿Ya tienes ganas de verlo? Jejeje.
- Carmen: Venga, no la hagas esperar más y vamos para allá, no ves que esta ansiosa.
Nos dirigiamos a casa de Ionut, estaba nerviosa, era una sensación extraña, parecía que nunca lo había visto, como si no lo conociera, como una cita a ciegas que tienen los adultos.
El nudo que se formaba en mi tripa, me aceleraba la respiración y no me dejaba pararme a pensar, solo quería verlo, era mi chico, estaba loca por él.
Cuando llegamos a la puerta de su casa nos paramos con miedo y elaboramos un plan para que yo supiera que decirle en cada momento. Adela se decidió y tocó a la puerta, estaba preparada:
(Toc,Toc,Toc,)
- Adela y Carmen: Ionutttttttttttt,Ionutttttttttttttttttttt
- Desconocido: Hola chicas, ¿buscais a los antiguos inquilinos?, ya no viven aquí....CONTINUARÁ
Creado por: Jose Antonio Ramírez Delgado.